Todo el mundo tiene una percepción diferente de su país. A algunos les gustan unas cosas y les da vergüenza otras, otros piensan lo opuesto de los primeros y luego hay a quien le da todo o parte igual. Aunque esto pasa en todos los países tengo la sensación de que en España es más acusado debido a nuestro siglo XX y situación política.
Cuando se vive fuera y se leen noticias de periodistas extranjeros sobre tu país todos esos sentimientos salen a la luz. Algunas noticias nos dan vergüenza y otras nos dan orgullo, dependiendo de nuestros gustos. Con la crisis económica y política de los últimos años las únicas noticias que generan algún sentimiento positivo son las que hablan de deporte, exposiciones centradas en artistas españoles o alguna anécdota sobre cocina española. Aunque no he hecho una encuesta supongo que en esto los españoles de todas las orientaciones políticas podrán estar de acuerdo.
Los españoles viviendo en otros países no tenemos el lujo de ver España en la cima de la lista de mejores países para vivir y debido a la fuga de cerebros y la crisis no solemos ser parte de descubrimientos científicos.
En los últimos meses o quizá años la noticia que más orgullo me ha hecho sentir es el gran nivel de participación en España de la huelga feminista del 8 de Marzo. Leer en la web de CNN que mi país fue uno en los que más mujeres salieron a la calle para reclamar sus derechos es un auténtico privilegio.
El manifiesto de la huelga refleja las múltiples luchas que las mujeres del siglo XXI viven día a día. Aunque podemos votar y trabajar por un sueldo remunerado aún queda mucho por hacer para conseguir la igualdad. Y lo más dícifil no será lo que es evidente como que la violencia de género deje de existir o recibir el mismo sueldo que un hombre que hace el mismo trabajo. Esos temas ya están en boca de todo el mundo y el primer paso para el cambio es darse cuenta de que hay un problema.
Lo que nos costará aún más esfuerzo es eliminar el machismo insidioso que está establecido en los comportamientos que se han creado en la sociedad, y que se dan por sentado, incluso por muchas mujeres:
- nuestro aspecto exterior es lo más importante; aunque la sociedad de hoy en día también pone a los hombres listones físicos, la cantidad de productos que nos intentan vender a las mujeres todos los días (ropa, maquillaje, cremas, comida baja en calorías, etc.) crea una presión constante en nuestro físico y en nuestra confianza
- tenemos que acomodarnos a lo que los demás quieran; cuántas veces las mujeres hacemos cosas que no queremos hacer porque pensamos que si decimos que no vamos a ser menos atractivas, vamos a parecer “difíciles” y muchos otros escenarios que enlazan con algunas situaciones reivindicadas en el movimiento #metoo
- si estás soltera y/o sin hijos no estás haciendo nada útil con tu vida; como si fuera una obligación que todas las mujeres sean madres o tengan pareja cuando lo mismo no aplica a los hombres
- las mujeres tienen que comportarse como mujeres de hielo con un toque de Cruela de Vil cuando son jefas o no se las tomará en serio; en vez de promover asertividad a las mujeres en posiciones de gestión y recordarlas que la empatía es la mejor arma para liderar un equipo ya que nos permite conocer a los demás y encontrar la mejor manera de guiarles hacia el éxito, la mayoría de la gente piensa que hay que ser impersonal y más fría que los hombres
Estos y otros muchos ejemplos forman el machismo que nos rodea y se nos ha inculcado a niños y niñas desde pequeños para que lo sigamos perpetuando y las cosas sigan como están, generación tras generación.
Es hora de cuestionarnos todas las normas, comportamientos y concepciones sobre los roles de nuestra sociedad. Sólo así podemos encontrar lo que sigue perpetuando una sociedad machista y substituirlo por comportamientos que nos ayuden a construir una sociedad basada en respeto e iguadad. Una sociedad para todos donde ningún género es más que otro. Las mujeres debemos buscar igualdad no “venganza” por toda la subyugación pasada. Pasarnos al otro extremo como respuesta al machismo no es la solución, porque entonces no seremos mejores que los que nos han intentado reprimir, y de hecho les daríamos la razón cayendo tan bajo como han caído ellos por miedo o ansias de poder y control. Espero que la imagen de abajo sirva de reflexión a unos y a otros. No como inspiración o premonición del futuro si no como algo a evitar, para encontrar una igualdad de verdad y con futuro.